INFORME DEL CEDEM
Récord de
ocupación comercial en la Ciudad
19/01/2006
-
De acuerdo a un informe presentado por el CEDEM, la tasa de
ocupación comercial (que refleja el porcentaje de locales
ocupados sobre el total de existentes) marcó un record
histórico durante el mes de diciembre. Sobre 6250 locales
relevados sólo 327 se encontraban vacíos, esto implica que el
94,8 % se hallaba ocupados y trabajando. En febrero del
2003 el porcentaje mencionado ascendía apenas al 89 %.
El estudio
comenzó a implementarse a partir del mencionado mes de febrero del 2003
obteniéndose allí un piso del 89 %. La tasa comenzó a crecer
en forma sostenida hasta julio del 2004, luego se mantuvo con
ligeras variaciones (1%) llegándose al mes de diciembre con
un índice de ocupación récord.
Según
Alejandro Gaggero, del equipo de consultores del CEDEM que
realizó este trabajo, "Los rubros que lideran esta tabla
pertenecen al sector de la indumentaria y los textiles,
también están bien posicionados los locales de venta de
artículos para el hogar; después la venta de muebles, cueros,
marroquinería y derivados, los bares y
restaurantes".
Según las
precisiones del estudio, al analizar la
ocupación existentes en las distintas zonas de la Capital, el Norte es el
que tiene la tasa de ocupación más alta, con el 97,3 por
ciento, el Oeste 94,3; el Sur 92,1 y el Centro 95,2.
En la zona de la calle Murillo
la ocupación llega al ciento por ciento. "Es
conocida como la calle del cuero, porque allí están las casas
mas importantes de ese rubro", aclara Gaggero. También son
zonas favorables las avenidas Rivadavia (a la altura de
Caballito y Flores), Forest y Córdoba, ya que tienen muy pocos locales
vacíos.
En general se atribuye
esta mejora al crecimiento de la economía aunque también
influye, en ciertas zonas de la ciudad, la mayor llegada de
turista que favorecidos por el cambio buscan aprovechar las
ofertas.
Lamentablemente el positivismo que sugieren estas estadísticas
se desmorona al poco rato de andar por cualquier barrio de la
ciudad. Gente cartoneando, revolviendo basura en la puerta de
los restaurantes elegantes o no tanto, chicos de pocos años
vendiendo baratijas en los subtes, o ciudadanos de no tan
pobre cuna vendiendo objetos en desuso en una plaza o a la
salida de un hospital o de cualquier otro edificio o zona de
alto tránsito.
Indudablemente que es
bueno que parte de la población maneje más dinero, ya que
debido a que los hábitos de consumo de los porteños por un
lado, y a que la satisfacción de ciertas necesidades de
confort (electrodomésticos, productos de electrónica, etc) se
vieron relegadas y retardadas por la crisis del 2001 y sus
secuelas, ahora, existe una situación propicia que impele al
consumo. Dicho consumo genera ganancias, más ocupación,
inversión, crecimiento.
Resulta evidente, sin
embargo, que no toda la sociedad se ve alcanzada por esta
especie de reacción en cadena virtuosa. Y es allí cuando nos
damos cuenta y asumimos (o deberíamos hacerlo al menos) que
una sociedad no está formada por una minoría acomodada, y ni
siquiera por una mayoría satisfecha. Una sociedad está
compuesta por "todos" sus miembros, y tal membresía no debe
ser sólo accesible o alcanzable para aquellos que cumplen con
ciertos requisitos de ingreso.
La convivencia armónica
de millones de personas (observemos la ciudad de Buenos Aires,
por ejemplo) sólo es posible si existe un "pacto social" que
considere y respete al otro, generando una trama de recursos que
sostenga y apuntale a aquellos que lo necesiten. "El pacto
social" debe apoyarse en la ayuda solidaria, en la
colaboración, en la equidad, en el tomar conciencia de que sólo podremos
sobrevivir a esta contingencia si entendemos que "Nosotros"
somos "Todos".
Carlos Davis

Volver