Aquello que "se debe hacer"
es conocido por la inmensa
mayoría. Lo difícil es
lograr que se obre
consecuentemente con lo
aprendido. No se trata de
aprender sino de aprehender.
De hacer propio aquello que
se conoce.
Un viejo dicho rezaba: "la
letra a sangre entra", y las
conductas pueden ser
internalizadas sólo cuando
hay un interés real para
hacerlo.
Los infractores deben ser
severamente penalizados, y
las multas deben ser
pagadas. El sistema de
scoring (quitarle "créditos"
al los conductores por cada
infracción, pudiéndose
llegar a la inhabilitación
parcial o definitiva) quizá
también aporte su granito de
arena.
En el mismo sentido, los
controles de alcoholemia
deben ser generalizados y
sostenidos.
Este conjunto de acciones
concretas y duras pueden
ayudar a que el cambio de
"cultura" pueda ser
materializado.
Volviendo al novedoso
examen, y según lo informado
por el gobierno, "será un
examen digital, que se
realizará contestando el
cuestionario en computadoras
ubicadas en la Dirección
General de Licencias
destinadas a tal fin".
No obstante, para los
conductores no
familiarizados con las
computadoras "se dispone de
pantallas táctiles".
Los contenidos de las
preguntas están vinculadas a
toda la normativa que rige
para el tránsito como la ley
Nacional de Tránsito 24.449
y su reglamentación por
decreto 779-95 que son de
carácter nacional; el Código
de Tránsito de la ciudad,
ley 2.148.
Asimismo, deberá conocerse
el nuevo cuerpo de normas de
la ciudad, en el cual se
unifica toda la normativa
local referida al tema; el
Código de Faltas de la
ciudad, la ley 451: Libro I
y Sección 6 del Capítulo 1
del Libro II, y se aclara
que se evalúa la
reglamentación contenida en
el capítulo de tránsito.
Carlos Davis