Se espera que de alguna
manera se aumenten los
requisitos que deberán
cumplir los ciudadanos de
otros países para ingresar a
nuestro territorio.
Por lo
dicho hasta aquí queda claro
que: si la intención
primitiva del programa era
la regularización de los
residentes ilegales que
estaban en el país para
evitar su explotación y
mejorar sus condiciones de
trabajo, tras 15 meses de
vigencia, esta etapa parece
haber dejado de tener
sentido.
Más que propiciar
la regularización de los
ilegales el programa, ahora,
está favoreciendo el ingreso
irrestricto de extranjeros.
Gustavo Vera, referente de
la comunidad boliviana y
titular de la cooperativa La
Alameda, le declaró al
periódico Perfil: "la
amnistía migratoria que
existe en el país puede
facilitar actividades
ilegales, como el ingreso y
permanencia de extranjeros
vinculados al tráfico de
personas o de drogas".
El
Directo de Migraciones
declaró al mismo medio que
"Técnicamente el plan Patria
Grande no es una amnistía
migratoria, porque tiene
varias etapas: en la primera
se ordena lo que está en el
país en condición irregular,
en la segunda se le da al migrante una residencia
provisoria, y recién después
de tres años se otorga la
permanencia definitiva".
El
talón de Aquiles del
programa residió en que la
forma de comprobar si el migrante había ingresado al
país antes de abril de 2006
("Patria Grande" estaba
destinado a este grupo de
personas) era mediante una
simple declaración jurada.
Esto hizo que siguieran
entrando extranjeros quienes
luego se acogían a los
beneficios del programa
falseando la declaración.
Cerca de 700.000 personal se
beneficiaron con Patria
Grande en estos 15 meses de
vigencia. La idea del
Director de Migraciones es
cambiar, además, los
destinos donde se ubicarán
los futuros inmigrantes. No
se trata de generar más
barrios de emergencia en las
periferias de las grandes
ciudades sino de propiciar
su inclusión en puestos de
trabajo genuinos que
pudieran aparecer en
distintos lugares del
interior del país.
Esto que
suena correcto al oido
leguleyo puede no ser tan
sencillo de implementar, en
especial cuando la mirada de
los inescrupulosos seguirá
buscando la forma de
acomodarse a las nuevas
reglas del juego para seguir
obteniendo el mejor rédito a
cualquier costo.
Carlos
Davis