TESOROS DEL
PATRIMONIO CIUDADANO
Hallan restos
del pasado porteño
02/01/2009
- Justo
cuando el año 2008 se agotaba varios descubrimientos
llamaron la atención de los estudiosos sobre el tema de
Buenos Aires, su pasado histórico y la conservación de su
patrimonio arqueológico. En primera instancia el reconocido
investigador Daniel
Schavelzon (fundador del Centro de Arqueología Urbana)
inició tareas de excavación
que resultaron en el
descubrimiento de los restos del casi mítico Café de Hansen.
El mismo equipo empezó a trabajar en los túneles de una
vieja usina; mientras que la aparición de los restos de un
galeón español en una obra de Puerto Madero conmocionó a los
porteños.
 |
Toda villa,
pueblo o ciudad crece sobre si misma, sobre el piso que los
restos del pasado le proporcionan a las nuevas
configuraciones. Buenos Aires no es la excepción. Quizá su
singularidad resida en que, como ciudad joven que es, la
historia que oculta bajo su suelo tenga una riqueza y
antigüedad algo más modesta. |
Quizá sea esta
sensación de juventud la que jugó en contra durante décadas,
impidiendo que los porteños tomaran conciencia de que había
rastros del pasado que merecían ser salvaguardados porque,
lentamente, iban formando parte de nuestro acervo cultural -
patrimonial, de aquellas cosas pequeñas que sumadas van
configurando la identidad de un pueblo o de un lugar.
En esta cuestión de
preservar el pasado, de buscarlo, investigarlo, mostrarlo y
socializarlo para que pueda ser apropiado por el hombre
común de la calle, el Arquitecto Daniel Schavelzon es un
precursor. Recibido en la Universidad de Buenos Aires en el
año 1975, cuenta en su currículum con una Maestría en
Restauración de Monumentos y un Doctorado de la Universidad
de México. Su logro institucional más importante lo
constituye el hecho de haber creado y dirigido (desde su
inicio) el Centro de Arqueología Urbana (FADU, UBA) en el
año 1991, lo cual impulsó la formación de grupos de trabajo
en esta nueva disciplina que es la arqueología urbana.
El Café de Hansen
Ubicado a metros de las
actuales Figueroa Alcorta y Sarmiento (Palermo) fue una
especie de bar frecuentado en general por los jóvenes de la
clase alta. Por las noches su apariencia cambiaba, brindando
un espacio donde las orquestas de tango más afamadas tocaban
para una concurrencia heterogénea donde abundaban las peleas
entre taitas y compadritos.

Café Hansen -
Fotografía de Samuel Rimathé (año 1895)
Algunos dicen que allí
se gestó el tango como baile, otros prefieren ubicar esa
génesis en San Telmo, Monserrat o en algún otro rincón de la
zona Sur de la ciudad. Sea como fuere, el Café Hansen
(construido en 1877 por Juan Hansen), forma parte de nuestra
historia ciudadana. Allí (dicen) era habitual encontrar a
una rubia bailarina cuyo nombre forma parte del mito urbano:
Mireya.

Carpa armada
sobre el lugar donde se realiza la excavación
El Hansen fue demolido
finalmente en 1912 y su rastro se perdió hasta que el equipo
de Schavelzon le devolvió la tangibilidad al encontrar los
ladrillos de su piso en el Parque 3 de Febrero. Es el
comienzo de un rescate que tomará, seguramente, varios meses
de trabajo.

Excavación -
Aparición de los primeros ladrillos del piso del Hansen
El túnel de la
vieja usina
El mismo equipo de
trabajo se encuentra investigando los túneles pertenecientes
a la primera usina eléctrica de la ciudad.
La usina se encontraba
a unos 200 metros del café de Hansen. Fue construida en 1883
por orden de Sarmiento (director por aquella época del
Parque 3 de Febrero) para iluminar el espacio verde que
Carlos Thays diseñara.
Los túneles encontrados
formaban parte integral de la usina. Al caer ésta en desuso
fueron, con los años, olvidados.
Hoy el lugar está
ocupado por la gente del MOA (Monumentos y Obras de Arte),
repartición de la ciudad que se encarga del arreglo y
restauración de estatuas y objetos de arte público en
general. Se espera que al profundizarse las tareas de
investigación puedan aparecer algunos objetos que reposaron
durante décadas en las entrañas de la tierra, a metros del
parque por el que pasan miles de porteños en cada fin de
semana.
El galeón de
Puerto Madero
La geografía de Buenos
Aires fue cambiando con el correr de las décadas, con los
siglos. Lo que hoy es tierra firme (zona de Puerto Madero)
forma parte de una extensa región que se le ganó, con
esfuerzo, al Río de la Plata. Por este motivo es que el
hallazgo de un navío a siete metros bajo tierra asombró a
todos menos a los expertos.
El Licenciado, Marcelo
Weissel, arqueólogo urbano, tomó intervención de inmediato
cuando las cuadrillas que estaban realizando una excavación
(para construir un edificio en la calle Vera Peñaloza al
400, Puerto Madero) encontraron los primeros restos de lo
que para algunos podría tratarse de un galeón español
encallado en las costas rioplatenses.
Una vez que el equipo
de Weissel se hizo cargo de la prosecución de los trabajos
de rescate, varios objetos de gran valor arqueológico
salieron a la luz: cañones, sogas y hasta un par de ánforas
con aceite de oliva. Si bien los trabajos de investigación
recién se inician, se da prácticamente por descontada la
ausencia de objetos de gran valor material (plata u oro). El
barco llegó, en su momento, casi hasta la playa, por lo que
cualquier objeto de valor que el barco hubiese portado
podría haber sido fácilmente rescatado por los marinos.
Buenos Aires y su
historia
Estos tres hallazgos
ponen de relieve la importancia que tiene para el porteño de
hoy el tema de la preservación de su historia, de su origen.
La pertenencia a un lugar se va logrando cuando aprendemos a
distinguir quienes somos, cuando cuidamos las huellas de
nuestro pasado, de nuestros antecesores, de aquellos
porteños que sentaron las bases de la ciudad que hoy todos
gozamos.
Carlos Davis