UNA PRENSA DE
TODOS PARA LA CIUDAD DE TODOS.
El IpeBA y
los Medios Vecinales
27/01/2009
-
A mediados del mes de
diciembre fue presentado un nuevo espacio que servirá para
contener y expresar a todas aquellas personas que se
interesen por mejorar los distintos aspectos de la vida de
los porteños. Su nombre es Instituto para pensar Buenos
Aires (IpeBA) En esta ocasión su director, Anibal Gotelli,
nos manda una nota donde expresa la postura del Instituto
con respecto a la misión de los medios vecinales de
comunicación, revistas, radios y páginas web que se encargan
de informar a los vecinos de los diferentes barrios sobre
temáticas que los grandes medios no desarrollan.
 |
Quienes
dirigimos el IpeBA pensamos, organizamos y hemos puesto al
servicio comunitario una institución fundada en una serie de
principios básicos de acción, que consideramos
insoslayables, y sobre los cuales vamos a comenzar a
pronunciarnos para que no quede duda alguna acerca de
nuestra concepción ideológica. |
Nuestro
interés es el de manifestar nuestra posición frente a
ciertas problemáticas que padece nuestra Ciudad y afligen a
sus ciudadanos, residentes y transeúntes.
Por la urgencia y la
transcendencia del tema y por las consecuencias que
cualquier acción incorrecta pueda ocasionar sobre ellos en
el corto o mediano plazo, hemos querido que nuestra primera
manifestación institucional sea una referida a nuestros
Medios Vecinales de Comunicación.
Y hemos elegido,
precisamente, esta cuestión porque cuanto entendemos que
todas las organizaciones comunitarias, todos los dirigentes
porteños y todos los referentes comunitarios de esta Ciudad
tenemos una deuda de gratitud con sus Medios Vecinales de
Comunicación, y que a esa deuda, ha llegado el momento de
pagarla.
Quienes concebimos,
formamos y motorizamos el IpeBA tenemos muy en claro qué
tipo de Prensa queremos, cuál debe ser su rol en la Política
y en la vida comunitaria, cuáles deben ser las prioridades
mediáticas de la Política y cuál es la Prensa que siempre
estará con nosotros, los dirigentes institucionales de a
pie, los de tracción a sangre, los que no tenemos más
padrinos que nuestras propias convicciones, ni otro
benefactor que nuestro propio esfuerzo y nuestros propios
recursos creativos.
A nosotros no nos cabe
duda de que nuestro primer y principal esfuerzo como
dirigentes institucionales porteños no es peregrinar por las
redacciones de los grandes medios corporativos, ni puede ser
tampoco dedicar horas y horas a lograr que una sección de un
diario nacional o una revista de gran tirada nos publique
una gacetilla de lástima o de favor.
No nos cabe duda:
nuestro lugar está del lado y al lado de nuestros
periódicos, radios y Medios Vecinales de Comunicación.
La Prensa vecinal forma
parte del patrimonio institucional porteño, y como tal, debe
ser protegida por todos nosotros, de la misma manera que
debemos proteger el patrimonio artístico, el patrimonio
arquitectónico y el patrimonio viviente de la Ciudad de
Buenos Aires.
Nosotros debemos tener
una primera obligación y una sola preocupación mediática
primaria, y es la de proveer de material, sostener, cuidar y
preservar nuestros Medios Vecinales, esos medios
periodísticos de 1er. Grado que nos acompañan, nos difunden
y nos permiten crecer a nosotros desde el mostrador de los
comercios del barrio, desde el boca a boca de los lectores
militantes y desde la pasión insobornable de los
comunicadores vocacionales del vecinalismo.
Repetimos: no nos cabe
ninguna duda. Nuestro lugar es la lado y del lado de ellos.
Porque estamos convencidos de la necesaria contribución
transformadora de la Prensa vecinal.
Las campañas políticas
y las campañas de difusión institucional serían mucho más
baratas si los dirigentes políticos e institucionales
optásemos primero por difundir nuestras ideas, logros y
proyectos en nuestros Medios de Comunicación Vecinales, en
nuestras radios y en nuestros periódicos de la Buenos Aires
cotidiana, de la Buenos Aires real y concreta, de la Buenos
Aires subcutánea. Esa Buenos Aires que no se arregla ni
afeita con asfaltadotas y jardineros, sino con mensajes
urgentes, directos y puntuales.
Todas las campañas
serán más baratas y más efectivas, primero, si pusiésemos en
ellas más mística y más militancia; pero además, si
contásemos en ellas con la ayuda y la colaboración de los
comunicadores y los formadores de opinión comunitaria.
¡Cuántos favores menos
debería la Política a los grandes multimedios!. ¡Cuánto
miedo menos les tendría a las cadenas nacionales e
internacionales de noticias!. Pero sobre todo, ¡cuánta menos
presión debería soportar!.
Cuando la Política
llega a la gente, está del lado de la gente y la gente lo
percibe, es la misma gente la que se pone del lado de la
Política y de los dirigentes políticos e institucionales.
Cuando la Política llega directamente a la gente, habla el
idioma de la misma gente y demuestra conocer los problemas
de la gente que dice representar, no hay cadena nacional ni
multimedios que pueda derribar a un gobierno o pueda dañar a
una organización comunitaria.
La Política debe
entender, las instituciones deben entender y los dirigentes
comunitarios debemos entender que la mejor difusión, la más
directa, la más insospechada y la más duradera, sigue siendo
la que se hace en los barrios, en el boca a boca de nuestros
clubes, centros culturales, cafés y centros de jubilados, la
que hacen los padres en la puerta de los colegios de sus
hijos cuando comentan las noticias del barrio o las
repercusiones de todo lo que impacta en sus vidas y lugares
cotidianos.
Tenemos que entender,
de una vez por todas, que mucha gente ya no compra los
diarios tradicionales por su costo. Pero, sin embargo, esa
misma gente sigue leyendo el periódico o la revista gratuita
de reparto zonal.
Las instituciones
comunitarias, los dirigentes barriales de a pie, todos los
que no cuentan con grandes aparatos ni grandes presupuestos
para pagar grandes campañas mediáticas, tienen que tener en
cuenta que quizás nunca van a poder aparecer en los grandes
medios nacionales. Por eso, esas instituciones y esos
dirigentes no tienen ninguna otra opción y no tienen que
tener ninguna duda: deben ponerse del lado y al lado de
nuestros periódicos, radios y Medios de Comunicación
Vecinal.
De la otra parte,
quienes tienen el presupuesto para acceder a los grandes
medios nacionales, tendrían que destinar parte de su
presupuesto de prensa a los medios vecinales, no sólo para
sostenerlos, apoyarlos y permitir su crecimiento, sino
además, como parte de sus campañas de responsabilidad social
empresaria, ya que los medios vecinales cumplen con una
necesaria e insustituible función social, tanto como
cualquier otra organización o entidad comunitaria.
Buenos Aires, además de
pacificarse, de resurgir, de progresar y de alcanzar el
estado de seguridad al que todos aspiramos, debe reconstruir
su tejido social.
Para conseguir todos
esos objetivos, pero sobre todo, para lograr la
reconstrucción del dañado tejido social porteño, la
contribución de los Medios Vecinales de Comunicación es
imprescindible.
En estos momentos,
muchos periódicos, radios y Medios Vecinales de Comunicación
tienen en serio riesgo su supervivencia, en virtud de una
interpretación arbitraria y restrictiva de la Ordenanza
52.360.
Dicha normativa no fue
pensada para limitar la libertad de prensa barrial, sino
para todo lo contrario; es decir, fue elaborada para
garantizar la existencia y la sobrevida de los medios más
independientes que todavía subsisten en nuestra Ciudad de
Buenos Aires y que son un ejemplo para todos los medios
vecinales de nuestro país.
Es por eso que no sólo
adherimos a la campaña de defensa de nuestros medios
barriales, sino que además, nos sumaremos a todas las
acciones que persigan su fortalecimiento y protección. Del
mismo modo, organizaremos todas aquellas actividades que
permitan difundir su problemática y a proponer mecanismos
institucionales, legales y normativos que permitan hacer
todavía más fuertes a nuestros Medios Vecinales y a proteger
la libertad informativa de sus propietarios y redactores.
Estos medios son la
expresión más directa y genuina de nuestros barrios, son la
voz de nuestros poetas barriales, de nuestros historiadores,
de nuestro patrimonio viviente. Estos medios son la difusión
de las pequeñas grandes cosas que nos pasan todos los días
en Buenos Aires. Pero sobre todo, son la garantía de
información en el estado más puro, en lenguaje más llano y
sobre todo, sin dobles ni terceras intenciones.
Nuestro Instituto
estará siempre al lado y del lado de nuestros Medios
Vecinales de Comunicación; de los jueces valientes que
permitan, respecto de ellos, soluciones legales justas y de
todos los hombres y mujeres de buena voluntad que no quieren
que su liberad de expresión sea pautada de acuerdo con la
contribución publicitaria de ningún gobierno.
No nos gusta, nunca nos
gustó y nunca va a gustarnos que se busque amonestar a los
medios de comunicación racionando, elastizando o
suspendiendo pagos de pautas publicitarias o de propaganda
oficial.
Nunca nos tendrán del
lado de semejante despropósito institucional.
Y doblamos la apuesta.
Creemos que tenemos que ir más allá todavía. Tenemos que
crear un sistema más integrado de Medios Vecinales, tenemos
que trabajar más juntos, los comunicadores y las
instituciones sociales de la Ciudad de Buenos Aires, porque
nos necesitamos mutuamente y no podemos ni vamos a existir
realmente los unos sin los otros.
Tenemos que trabajar
por un Foro de Medios y tenemos que trabajar por un sistema
porteño integrado de noticias. De esta manera, Medios e
instituciones vamos a ser más fuertes y vamos a ser más
respetados.
Por nuestra parte ya
estamos trabajando con algunos medios, estudiando a fondo la
problemática de la prensa vecinal y sobre todo, elaborando
las acciones que vamos a encarar desde nuestro Instituto
para contribuir al fortalecimiento, al prestigio y a la
mancomunidad superadora entre organizaciones y Medios
Vecinales de Comunicación.
Convocaremos todos los
foros y reuniones que sean necesarios. Haremos todas las
gestiones que hagan falta. Propiciaremos un Foro de Medios
para conversar medidas y soluciones en las que nosotros,
como Instituto, podamos ayudar a gestionar o conseguir.
Nuestro compromiso con
nuestros Medios Vecinales de Comunicación es absoluta;
porque nuestro compromiso con la libertad de prensa también
es absoluto.
Cuando en nuestro
Instituto hablamos de pensar entre todos la Ciudad de todos,
no concebimos el logro de semejante objetivo sin la
existencia y la colaboración de nuestros Medios Vecinales de
Comunicación.
Quienes concebimos,
formamos y motorizamos el IpeBA queremos una Prensa Vecinal
porteña libre, fuerte e independiente; porque sólo con ese
tipo de prensa puede quedar garantizada –de manera veraz y
desinteresada- la información que necesitamos difundir a
diario los que pensamos, los que trabajamos, y los que nos
ocupamos y nos preocupamos para conseguir entre todos, con
todos y para todos una Buenos Aires mejor.
Aníbal Gotelli
Presidente del
IpeBA y
Consejeras y Consejeros Integrantes del Consejo Directivo
del Instituto para Pensar Buenos Aires.