La
Ley Nº 1854
de “Basura Cero” permite
compatibilizar virtuosamente
economía, trabajo y limpieza
ya que ofrece una solución
para la crisis en la que se
encuentran los rellenos
sanitarios, que se agotan y
son muy resistidos por los
vecinos; genera una
actividad económica que
demanda una importante mano
de obra y crea un circuito
de materiales y energía
eficiente y ambientalmente
sustentable.
De acuerdo a lo dicho
entonces, al finalizar el
corriente año el Gobierno de
la Ciudad deberá disponer
(en los rellenos sanitarios)
no más de 1.048.359
toneladas de residuos, es
decir, casi 800.000
toneladas menos que en 2009
(!). No hay lugar para
trampas ni atajos peligrosos
para la salud y el ambiente.
Uno de estos subterfugios
sería el de la combustión
(incineración) expresamente
prohibida por Ley.
Durante el año 2009, la
Ciudad envió a rellenos
sanitarios 1.847.748
toneladas de Residuos
Sólidos Urbanos (RSU),
aumentando la cantidad en un
0,2%, unas 3.730 toneladas
más con respecto a 2008
(1.844.018). Si bien el
incremento ha sido de sólo
un 0,2% respecto a 2008,
este porcentaje no puede
tener escasa relevancia ya
que en el año 2008 se
enviaron a predios de la
CEAMSE un 14% más de
toneladas de RSU que el año
anterior (el mayor aumento
interanual de la década),
cuando se suponía que se
debería estar trabajando
para lograr una brusca
reducción.
Si todos los vecinos
contaran con un servicio de
recolección diferenciada de
residuos y campañas de
comunicación que promovieran
la separación en origen, se
podría evitar el
enterramiento de residuos
secos (papel, cartón,
plástico, vidrio, etc.) y
orgánicos. Entre ambos,
secos y húmedos, representan
más del 70% de los residuos
generados en la Ciudad.
Las campañas oficiales (Jugá
Limpio, Ey!) se realizaron
siguiendo el paradigma
higienista. Este aporta
positivas normas de aseo
pero no toca, ni
remotamente, el centro del
problema: la clasificación
en origen, la recolección
diferenciada, la
recuperación y el reciclado.
En definitiva, pone al
ciudadano como único
responsable, cuando en
realidad es el estado el que
debe generar las condiciones
para que actuemos con la
responsabilidad que él nos
reclama.
El problema real continua
siendo ignorado, no visto,
escondido bajo la
superficie, enterrado como
la basura, desatendido como
la ley que busca un ambiente
mas seguro y saludable para
las generaciones que nos
sucedan.
Carlos Davis
Fuente: Prensa
Greenpeace - Notas
de archivo propio