CONMEMORACIÓN Y
HOMENAJE
La Noche de
los Bastones Largos
01/08/2010
-
Al cumplirse el 44º aniversario del triste episodio de
represión (conocido como "La noche de los bastones largos")
que afectó tanto a docentes como a estudiantes
universitarios, el Gobierno de la Ciudad decidió homenajear
a varios educadores otorgándoles una "Medalla del
Bicentenario" por su destacado aporte en el campo de la
educación popular. Recibieron las medallas alegóricas del
bicentenario (diseñadas por el escultor y vecino Antonio
Pujía) Pablo Miguel Jacovkis, Mariana Weissman, Guillermo
Jaim Etcheverry, Francisco Delich, Rubén Hallú y Juan Manuel
Borthagaray.
 |
En el acto
realizado el jueves pasado en la Manzana de las Luces,
el Ministerio de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi,
entregó las distinciones a académicos y rectores de la
Universidad de Buenos Aires por su labor comprometida y
ejemplar, al cumplirse 44 años de la feroz represión a
estudiantes y docentes.
|
El acto contó con la
asistencia de la Directora General de Patrimonio e Instituto
Histórico, Liliana Barela, y el Coordinador del Programa
Puertas del Bicentenario, C. Ares.
Esta entrega es parte
de la conmemoración que lleva adelante el Gobierno de la
ciudad de Buenos Aires por los 200 años de la Revolución de
Mayo; y tiene como propósito reconocer a personas e
instituciones destacadas por su labor, trayectoria,
honestidad, decencia, esfuerzo sostenido, y la generosa
contribución que han hecho a la sociedad de su tiempo. Es
importante aclarar que la medalla del Bicentenario no es un
premio ni un trofeo, sino uno de los múltiples actos
simbólicos del Programa Puertas del Bicentenario.
Las medallas fueron
diseñadas y realizadas por el artista Antonio Pujía, uno de
los escultores más importantes de la Argentina, con amplio
reconocimiento internacional.

Las Medallas y su
alegoría
Antonio Pujía,
reconocido escultor sobre el que recayó el honor y la
responsabilidad del diseño de las medallas, reflexiona: “A
pesar de que hice medallas importantes en varias
oportunidades esto no me lo esperaba. Hacer la medalla de un
evento tan importante para la República Argentina implica
una responsabilidad muy grande”, subrayó con gran emoción.
Los textos grabados en
la medalla, “Ciudad de Buenos Aires” y “En Unión y Libertad”
para Pujía expresan “un deseo” y también son un recordatorio
de 1810 y los ecos de la Revolución Francesa, en especial su
lema “liberté, egalité y fraternité”.
“El ideal era la
emancipación. Se buscaba la unión y la libertad porque
éramos un país dependiente; y yo creo que todavía no hemos
llegado a ser independientes del todo. Siempre hay algún
monstruo que está queriéndonos usufructuar nuestra grandeza
como país que lo tiene todo. Todo lo que tiene el planeta la
Argentina lo tiene y en abundancia”, destacó Pujía.
La Noche de los
Bastones Largos
Entre 1956 y 1966, las
universidades argentinas conocieron la década de mayor
esplendor y reconocimiento internacional. Por esos años, se
consolidó el boom del libro universitario a partir de la
creación de EUDEBA, la Editorial de la Universidad de Buenos
Aires. Se creó el CONICET y nuevas carreras, algunas
vinculadas al desarrollo económico nacional.
En ese contexto, el 29
de julio de 1966, la recién instaurada dictadura del general
Juan Carlos Onganía arrasó con más de medio siglo de
autonomía universitaria.
Esa noche, conocida
como “la noche de los bastones largos” dejó numerosos
heridos, cientos de detenidos y más de 300 docentes
expulsados que tomarían el camino del exilio.
La represión fue
particularmente violenta en las facultades de Ciencias
Exactas y Naturales y de Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires.
La Policía Federal, que
se encontraba bajo intervención militar desde el 28 de junio
de 1966, recibió órdenes de reprimir duramente. Fueron
detenidas 400 personas y destruidos laboratorios y
bibliotecas.
Se recuerda esta noche
como la de los bastones largos, por el modo en que la
Policía reprimió a los estudiantes. En varias de las sedes
de la Universidad de Bs. As., principalmente en la facultad
de Ciencias Exactas de la calle Perú 232, los gendarmes
golpearon brutalmente al alumnado, profesores y graduados,
haciéndolos pasar bajo una doble fila de bastonazos, a la
salida de los edificios.
Carlos Davis
Fuente:
Prensa Ministerio de Cultura GCABA - Notas de archivo propio