Floresta: nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288
ORGANIZADA POR
LA ASOCIACIÓN ALBERDI
Abre una
escuela de fútbol popular
09/05/2010
- La Asociación
Vecinal de Fomento Juan Bautista Alberdi (Av. Directorio
4623), sede de la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia,
ha decidido poner en funcionamiento la "Escuela de Fútbol
Popular Rivadavia" que funcionará los días sábados de 10 hs
a 12 hs en el predio de Av. Directorio 4375, esquina Moreto,
bajo la Autopista. La escuela estará destinada a niños de 5 a
12 años. Para recabar información y realizar inscripciones se
podrá concurrir a la sede social los días martes de 17 hs a
19 hs, llamar al teléfono celular 15-6587-0226 o escribir a popularrivadavia@yahoo.com.ar
.
El Director de
esta entidad del barrio Parque Avellaneda es el
Prof. Eduardo Domínguez Pou quien a su vez tiene a cargo la
Presidencia de la Subcomisión de Deportes de la Biblioteca
Popular Bernardino Rivadavia. El Director Técnico es Jorge
Carlos Pessano, el Preparador Físico Daniel Desabre y el Utilero
el Sr. Eduardo Montemurro.
La escuela es
totalmente gratuita y busca brindar un ámbito deportivo sano
a nuestros pibes, sacándolos del peligro de las calles,
introduciéndolos también en la lectura, herramienta básica
para la construcción de nuevos conocimientos, los cuales nos
permitirán acceder a interpretaciones más ricas y complejas
de la realidad en la que vivimos y nos desenvolvemos cada
día.
La Sociedad de
Fomento Juan Bautista Alberdi fue fundada el 24 de abril de
1921, época en que la zona se asemejaba poco menos que a una
aldea, en la cual se carecía de las más elementales
condiciones como para hacer comoda una residencia. No había
pavimento, luz eléctrica ni tampoco agua corriente.
A pesar de
esto, el entusiasmo, la fe y la voluntad inquebrantable de
los progresistas vecinos que la dirigían, pronto se vieron
coronados por el éxito de la empresa. Por una parte se
fueron consiguiendo de las autoridades municipales las
pequeñas pero importantes mejoras a los que los vecinos
tenía derecho, y por otra se fue logrando la adhesión de los
hombres y mujeres de la zona a la obra de la Asociación. Se
fue formando así una fuerza poderosa con el concurso de
todos, y esto permitió la concreción de los fines altruistas
para los que fue creada.
Así se fueron
consiguiendo el alumbrado público y el privado, el agua
corriente, el abovedamiento de las calles de tierra, la
construcción de pasos de piedra y veredas, la formación y el
mantenimiento de la Plaza Olivera, la construcción y
habilitación de varias escuelas, el transporte público,
etc., etc. Luego vinieron las infatigables luchas llevas a
cabo durante largos años para conseguir la pavimentación
total de las calles del barrio.
Otro problema
fundamental de la zona (del que se hizo carne la dirigencia
de la institución) fue el entubamiento del Arroyo Cildañez.
Todos juntos (entidades hermanas, centros comerciales,
cooperadoras escolares, parroquias, etc.) lograron la
eliminación del peligro sanitario que significaba el arroyo
(a cielo abierto) para el barrio.
Paralelamente
la actividad cultural fue creciendo con la formación en el
año 1928 de la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia, la
cual creció, desde aquellos pocos volúmenes de su comienzos,
a tener hoy un patrimonio de más de 10.000 volúmenes.
Varios cursos,
llevados a cabo por esforzados profesores, supieron ampliar
el horizonte cultural de los inquietos vecinos de la zona.
En el orden
interno, los afanes por conseguir casa propia llevaron a la
adquisición del terreno donde luego se levantarian dos
modestas salitas y un patio. Esta infraestructura pronto se
vio superada por la gran afluencia de asociados. La
necesidad de contar con un espacio mayor estaba planteada.
Así nació el Salón Social y de Actos (hoy orgullo de la
zona) que se levanto merced a la colaboración de socios y
vecinos. Esta situación se repitió luego (aunque a menor
escala) con la construcción de la planta alta destinada a la
Biblioteca.
La
socialización permanente de las actividades de la
institución se logró al comienzo mediante la salida de una
revista que se denominó “Fomento Edilicio y Cultura”,
adoptando luego el nombre con el cual aún hoy se la conoce:
“Rivadavia”.