ASI LO
DECLARA UN DECRETO DEL GOBIERNO NACIONAL
"Librería el Avila" es sitio histórico
15/04/2011
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La "Librería el Avila" (Alsina y Bolívar), el
único negocio que mantiene vigencia desde la época
colonial, y que tuvo
como visitantes ilustres desde ex presidentes a
escritores como José Hernández, fue declarada "Sitio
Histórico Nacional". El decreto presidencial
383/2011 consideró
que la librería (creada en el siglo XVIII) fue un negocio
emblemático desde su apertura, ya que era el único
edificio particular de dos pisos que
existía en el Buenos Aires colonial de aquellos
años. "Es la librería más antigua de la Argentina y
una de las más antiguas de América", relató su
actual dueño.
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"Esta esquina está situada en el corredor
más antiguo de la ciudad, por aquí pasó la
historia. En este lugar, que funcionaba como
una botica en donde, además de libros, se
vendían hierbas medicinales, se curaban a
los heridos caídos durante las invasiones
inglesas", dijo a la agencia de noticias
Télam, Miguel Ávila, actual propietario. |
Si
bien el negocio se inició con el nombre de Botica,
funcionaba como una vieja pulpería en donde se
vendían algunos pocos libros. Hacia 1830, los libros
ya ocupaban la totalidad del local que lucía
orgulloso la rareza de contar con dos pisos.
A
partir de ese momento es conocida con el nombre de
"La Librería del Colegio", quizá por estar ubicada a
metros del Nacional Buenos Aires.
Por la
librería pasaron personalidades como Bartolomé
Mitre, Nicolás Avellaneda y Domingo Faustino
Sarmiento, y los escritores José Hernández, Juan
Bautista Alberdi, Miguel Cané y Aristóbulo del
Valle, Paul Groussac y Rafael Obligado, quienes no
sólo eran atraídos por el material bibliográfico que
allí se conseguía, sino también por los debates que
se daban entre los intelectuales que participaban de
las llamadas "tertulias".
"Este
reconocimiento del gobierno nacional es para todos
aquellas personas que sostuvieron este espacio, por
encima de todas las crisis políticas y económicas
del país y lo convirtieron en un punto de referencia
de la cultura", dijo Miguel Ávila.
En
1989 la Librería del Colegio cerró su puertas en
medio de la hiperinflación que castigaba al país,
pero volvió a abrir en 1994 con su actual nombre.
"Me
enteré del cierre de la librería por mi hija que
estudiaba en el Nacional Buenos Aires -dijo Ávila- y
me agarró un brote de nacionalismo cuando supe que
querían dar este lugar histórico a una cadena
multinacional de comidas rápidas".
El
propietario defendió el valor de las librerías de
culto por encima de lo que el llama "librerías
shopping" y aseguró que "los libreros de antes, eran
intelectuales de raza que establecían un vínculo con
el cliente y lo incentivaban en la investigación y
en la lectura, eran formadores de lectores" "Quedan
pocas librerías como ésta en la ciudad de Buenos
Aires, tan solo cuatro o cinco, aquí hay
textos del 1600 hasta los más modernos", aseguró
Ávila.
Los
debates y discusiones sobre variados temas "eran muy
frecuentes en las librerías porque el mismo librero
las promovía,
El librero lo era por vocación, no tanto con ánimo
lucrativo".
El
edificio de planta baja y primer piso de Alsina y
Bolívar fue "la primera casa de altura" en la Buenos
Aires colonial de 1785 y "tuvo el privilegio de
convertirse en la primera librería de la ciudad",
destacó el actual propietario.
"Cuando
se escriba la historia documentada del desarrollo
intelectual y educativo de la patria argentina, La
Librería del Colegio va a ocupar en ello una página
brillante", decía una vieja revista Caras y Caretas,
y parece no haberse equivocado.
Carlos Davis
Fuente:
Telam - Sitio oficial de la Librería Ávila