En esos juegos no sólo
participó, sino que se llevo
el oro en las competiciones
“Contrarreloj” (una prueba
que ya no se practica) y
otro por el rendimiento
grupal del equipo "Azzurro".
Un año más tarde contrajo
una enfermedad en las
amígdalas que lo alejó
definitivamente de la alta
competencia. Sin embargo,
este ciclista siguió
participando en carreras de
menor jerarquía. Fue así que
en 1937 llegó a la Argentina
para participar de “Los seis
días del Luna Park”, una
carrera maratónica que se
llevaba a cabo en el estadio
de la calle Bouchard.
En Italia se avecinaba la
segunda guerra mundial. Los
primeros indicios del
conflicto venían de Asia, y
estalla en 1939, momento en
que da comienzo oficial el
enfrentamiento bélico. Por
este motivo se suspendieron
los viajes a Europa, y
Atilio, que había venido a
competir, no pudo volver a
su Caorso natal. Fue allí
cuándo la gloria italiana
dejo paso al inicio del mito
porteño.
Pavesi vivió en Buenos Aires
aunque rápidamente se mudo,
primero a Sáenz Peña, y
finalmente a la localidad
bonaerense de José C Paz,
lugar donde vivió hasta el
fin de sus días. Ya de
grande estuvo unos meses en
Italia, aunque pronto
regresaría a nuestro país,
tierra en la que nacieron
sus hijos.

Museo del Velódromo Atilio
Pavesi - Firenzuola, Italia
Atilio fue distinguido por
la comunidad italiana en el
2008 cuándo bautizaron con
su nombre (Atilio Pavesi) al
velódromo construido en 1929
en Firenzuola (Italia),
dónde seguramente llegó a
practicar el ciclismo en su
juventud sin saber el
destino que le esperaba:
campeón olímpico y leyenda,
cómo lo recuerdan sus
familiares.
Rodrigo Marcogliese
Foto:
Revista Ciclismo XXI