MEJORAS DEL
ESPACIO PÚBLICO
Campaña de
limpieza de graffitis
13/02/2011
- La
Subsecretaría de Atención Ciudadana, dependiente de la
Jefatura de Gabinete de Ministros, está llevando a cabo la
campaña antigraffiti con el propósito de reparar y limpiar
(en todas las comunas de la Ciudad) las fachadas afectadas
por las pintadas. Esta iniciativa que viene
desarrollándose con buen éxito desde fines de 2010 ha permitido recuperar
las paredes de numerosos edificios públicos y privados. En
una primera etapa se restauraron frentes dañados de los
barrios de Almagro, Boedo, Balvanera, San Cristóbal,
Caballito, Palermo, Liniers, Villa Real, Floresta, Villa
Luro y Villa Devoto.
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Entre los
edificios mejorados están la Escuela Antonio Devoto, el
Colegio Nicolás Avellaneda, la Escuela Larroque y el
Instituto Pasteur. Las unidades antigraffitis conformadas
por las cuadrillas operativas del Gobierno de la Ciudad,
seguirán durante el 2011 detectando, reparando y limpiando
muros del resto de las comunas. |
Eduardo Macchiavelli,
Subsecretario de Atención
Ciudadana, comenta “queremos
sentirnos orgullos de la
Ciudad en la que vivimos,
nuestro objetivo es tener
una Ciudad más limpia y
estamos trabajando para
eso”.
Reflexionando sobre el
graffiti
El arte mural callejero es
una forma de expresión en la
cual el artista utiliza un
"lienzo público" para
expresarse. Asi, diversos
muros de la urbe han sido
vestidos con obras de
distintas calidades. Como
prueba de lo dicho podríamos
referirnos al
concurso de murales
que se organizó en el barrio
con motivo de los 150 años
de Floresta, o la obra que
tomó forma
sobre
las paredes del Olimpo,
o el mural del
Che
Guevara que se
realizó en el mismo lugar.
El problema surge cuando el
"lienzo" no es un lugar
concedido, otorgado,
consensuado. En ese momento
la pintada, o el grafismo,
se vuelve casi una agresión.
Recuerdo el caso de un
vecino que al día siguiente
de concluir la pintura del
frente de su casa recibió
una pintada que ni siquiera
perseguía una
intencionalidad artística,
poética o política (que sin
justificar el hecho le
hubiese dado algo de valor).
En esta instancia el graffiti se torna violento y
genera perplejidad. ¿Que
hacer?. ¿Borrarlo y repintar
el muro?, ¿dejar pasar un
tiempo para que no se
entable una "pulseada"?.
Al respecto existe una línea
de pensamiento que dice que
el graffiti (o su ausencia) es, en muchos
casos, producto del "medio
ambiente", jugando este las veces de
facilitador o de inhibidor
de ciertas conductas. La
expresión medio ambiente se
encuentra referida, en este
caso, al conjunto de señales
o mensajes que recibimos a
través de los distintos
objetos que componen una
escena.
Para explicitar la
importancia del medio
ambiente en el desarrollo (o
inhibición) de ciertas
conductas puede sernos útil
el
rescatar la experiencia de
la ciudad de Nueva York y de
su transporte público
("Metro") cubierto de graffitis: Una nueva
política municipal dispuso
que ningún vagón del metro
que terminara su turno
manchado con graffiti podría
salir a circular de nuevo
hasta que fuera repintado.
No pasó mucho tiempo para
que los muchachos, los
pintores del graffiti,
entendieran que sus
esfuerzos resultarían en
balde porque nunca, nadie,
iba a verlos.
Otra experiencia, esta
vez de la ciudad de Berkeley, puede resultarnos interesante.
Las paredes de Berkeley habían sido cubiertas por
inscripciones, símbolos y distintos tipos de trazos y
grafías. Tan asi fue que el término graffiti (arte mural
callejero) fue reemplazado por el mas propio de "tagging"
(sellar), entendiéndose por tal a aquella acción que se
lleva a cabo con el objetivo de "marcar el territorio", tal
como el perro demarca su territorio orinando en cada
esquina.
Las autoridades de
Berkeley desarrollaron entonces una campaña de información
pública que transmitía el siguiente mensaje: "Si su casa o
edificio amanece pintado llame y denúncielo, en el
transcurso del día llegará la camioneta del municipio con
personal que cubrirá con pintura el sello.
Para la ciudad el costo
fue mínimo:
Un numero telefónico
una campaña publicitaría
una camioneta
dos empleados, brochas y
pintura
una pistola de arena
para limpiar las fachadas de piedra.
Lo que se inicio como
un programa gubernamental fue rápidamente tomado como propio
por toda comunidad. La gente llamaba para denunciar la
aparición de una pintada sobre el muro de su casa o la del
vecino. Y hasta hubo vecinos que no esperaban la llegada de
la cuadrilla y con sus brochas y pinturas tapaban de
inmediato los signos recién pintados sobre sus paredes...
Esperamos en
consecuencia que esta pequeña iniciativa del gobierno
porteño crezca, se sostenga, y sea tomada por la población
como un medio para mejorar, aunque mínimamente,
su calidad de vida.
Carlos Davis
Fuente:
Prensa Subsecretaría de Atención Ciudadana - Planeta.com