El resultado fueron 80 páginas que lejos de ser un mero retrato de valor testimonial, desbordan creatividad y brindan una mirada espontánea de la vida de estos chicos. El libro representa el trabajo en el taller que, sin dejar nunca de lado la búsqueda de la calidad artística, genera un espacio de formación de identidad y permite que los participantes se apropien del lugar en el que viven, descubran nuevos espacios e interactúen con el afuera.
"Me gusta atrapar imágenes que me tocan el alma", dice Eugenio Alfonso, de 26 años. "Les saco fotos a los pasillos de la villa porque son finitos", se justifica Morena Sosa, de 15. "Me quedo horas con la cámara en la mano esperando que pase algo", explica Juan Alfonso, de 17, serio y comprometido. Las declaraciones les pertenecen a los chicos del grupo, los cuales, a través de esta simple actividad de retratar su entorno, pudieron ir trazando puentes de comunicación que los llevaran mucho más allá de los límites de su barrio, de su suerte, de su destino.
"Logramos sacar a estos chicos de la marginalidad e integrarlos primero con Buenos Aires y después con el mundo", dice Martín Rosenthal organizador de los talleres.
La muestra ya fue presentada en escuelas de arte, colegios y Universidades de Estados Unidos. Incluso, en ese país, un museo compró las fotos para su colección permanente.
Hasta el 7 de septiembre estará en exhibición el trabajo de los chicos en el hall central de Canal 7, Av. Figueroa Alcorta 2977, con entrada libre y gratuita.