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AUMENTA EL PROMEDIO DE EDAD DE LOS PORTEÑOS

La ciudad envejece

27/05/2006 - Desde hace cincuenta años el número de ciudadanos que habita la Ciudad de Buenos Aires se mantiene casi sin variables. Esto es debido a que los nacimientos ya no son tantos y el promedio de vida ha ido en aumento. En los tiempos que corren, uno de cada cinco porteños supera los 60 años. Si bien la edad promedio ha ido en aumento de manera sostenida, muchas de las muertes ocurridas en los barrios pobres durante el primer año de vida de nuestros pibes podrían evitarse. Esto marca la heterogeneidad de chances de atención y supervivencia que los ciudadanos poseen según su nacimiento.

El envejecimiento de la población debe contemplarse no sólo desde el punto de vista social sino también económico, ya que produce un importante incremento en los gastos sociales y de salud. Analicemos pues las encuestas: de acuerdo a una encuesta realizada en el año 2004 existen 84 hombres por cada 100 mujeres.

Durante los primeros años de vida la paridad en cuanto a cantidad de varones y mujeres es sostenida, aunque luego se evidencia una mayor longevidad femenina que modifica drásticamente los valores del estudio comparativo.

De acuerdo a una nota publicada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, nuestra ciudad es una de las ciudades con mayor envejecimiento demográfico del continente americano: los adultos mayores representan el 21,6 por ciento del total de habitantes que, además, se encuentra estancado: de acuerdo al último Censo Nacional, en 2001 había 2.995.805 personas, una cifra que se mantiene estable desde el empadronamiento de 1947, cuando se contabilizaron 2.981.043. Pero a la reina del Plata no sólo le han salido arrugas, también ha dejado de desarrollarse con la intensidad de antaño: los datos oficiales indican que por mujer nacen menos de dos hijos, y la población se halla por debajo del nivel de reemplazo porque cada madre no alcanza a tener una hija que la que suplante como futura progenitora. Según un informe de la Comisión Latinoamericana de Demografía de 2005, “al descender las tasas de fecundidad y permanecer constante o mejorar la esperanza de vida, la proporción de personas mayores crece, mientras disminuye la de niños y adolescentes. Este proceso gradual se conoce como envejecimiento poblacional, un fenómeno que ocasiona un aumento en la edad mediana de la población”.

Lautaro Lafleur, profesor de la materia Demografía Social de la carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires, señala que “de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, una población joven es aquella que no supera el 7 % de personas mayores de 65 años, y nuestra ciudad triplica ese porcentaje. Las autoridades están obligadas a tomar nota de este envejecimiento, porque traerá aparejado un incremento en la demanda de servicios sociales de salud para la tercera edad que deberá ser tenido en cuenta”.

La Encuesta Anual de Hogares 2004, realizada por la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (DGEyC), determinó que hay 84 hombres por cada 100 mujeres. Hasta los 9 años la relación entre sexos se encuentra relativamente nivelada, pero en el resto de los grupos la brecha crece debido principalmente a la mayor longevidad de la población femenina. Esto puede apreciarse con más claridad entre los mayores de 80, donde la importancia de las mujeres duplica a la de los varones. Aunque los grupos de edades extremos (0-14 y 65 y más) presentan pesos similares, cuando se los diferencia por sexo resulta evidente que hay más hombres menores de 15 que de 65 y más, mientras que entre las mujeres ocurre exactamente a la inversa.

Desde el punto de vista geográfico, la zona oeste es la más poblada, ya que allí se concentra el 34 por ciento de los porteños; en el otro extremo se ubica la sur, con el 19 %. Los barrios más viejos, donde habita la más alta proporción de personas mayores de 65 años, son Caballito, Almagro, Boedo, Floresta, Villa Luro, Vélez Sársfield, Flores, Parque Avellaneda, Parque Chacabuco, Liniers, Mataderos, Versalles, Villa Devoto, Villa del Parque, Floresta y Villa Pueyrredón, mientras que la mayor cantidad de niños y jóvenes de hasta 14 años vive en Villa Lugano, Riachuelo, Villa Soldati, Pompeya, Barracas, San Cristóbal, Parque Patricios y La Boca.

Las mejoras en el saneamiento básico y los servicios modernos de atención de la salud permitieron alcanzar hacia fines de la primera parte del siglo XX una sostenida disminución de la mortalidad, gracias a la reducción las enfermedades infecciosas, parasitarias y del aparato respiratorio propias principalmente de la infancia. Mientras que en la Buenos Aires de 1990 la tasa de mortalidad durante el primer año de vida de los niños era de 16 por mil, en el 2004 llegó a 8,5 por mil, la más baja del país. Sin embargo, de cada cien muertes producidas entre menores de un año, 61 fueron provocadas por causas reducibles -no ligadas a problemas congénitos o nacimientos prematuros o consecuencias del parto-, que podrían haberse eludido con políticas sencillas y de bajo costo dirigidas a prevenir, diagnosticar y tratar oportunamente las dolencias durante el embarazo y el parto y en el recién nacido. De acuerdo a otro informe producido por la DGEyC, la mayor tasa de mortalidad infantil se registra en los barrios de Villa Lugano, Riachuelo y Villa Soldati, donde mueren 16 de cada mil niños que nacen, 9 de ellos por motivos evitables.

La crisis que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa en diciembre de 2001 también dejó su marca en la demografía urbana. Pese a que más de un tercio de los habitantes de la ciudad está compuesto por personas que no nacieron en ella, en su mayoría provenientes del conurbano bonaerense y el resto de la provincia de Buenos Aires, el fenómeno de la emigración adquirió una importancia creciente en los últimos años: el 64 por ciento de los traslados captados en la encuesta de hogares se produjo entre 2000 y 2004.

Otro dato que llama la atención es el significativo número de hogares unipersonales: 26 de cada 100 porteños viven solos. Y dentro de la población mayor de 60 años la cantidad de mujeres solitarias o que no están acompañadas por sus parientes duplica a la de los varones. “Las formas de organización familiar han sufrido grandes cambios en las últimas décadas”, asegura Lafleur. “Existe una elevada proporción de hogares en donde sólo está presente uno de los padres, y también crecieron aquellos que no están constituidos alrededor de relaciones consanguíneas”. Asimismo, el sondeo de la DGEyC reveló que las familias que sobresalen por su mayor tamaño medio son las del sur, ya que el 19 por ciento está constituido por cinco o más personas, debido no sólo al alto promedio de hijos (4) que tienen las mujeres que residen allí –quienes en su mayoría no completaron la escuela primaria-, sino también a la destacada presencia de extranjeros provenientes de países limítrofes, que representan un 5 % de la población y comúnmente suelen establecerse en grupos más grandes.

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29 de Agosto
Día del Barrio de
 Floresta

39.474 hab.
 2.4 km2
(
2.320.158,49 m2)
16447,5 hab/km2

21.395 Mujeres
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(Datos julio 2001)

FLORESTA
nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288

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Av. Directorio,
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PERÍMETRO
7.523,45 m


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