El sábado 4 y el domingo 5 de noviembre próximo también se instalarán urnas electrónicas en el Museo Sívori, en el Parque Avellaneda, en los Supermercados Easy y Coto, y en los Shoppings de Devoto, Villa del Parque, Liniers y Caballito.
El proyecto de voto electrónico comenzó a desarrollarse hace algunos años y está compuesto por varias etapas. Durante la fase 1 del Plan (finalizada en el año 2004), se desarrolló un software de voto electrónico y cuatro prototipos de emisión electrónica del voto. La segunda fase de este plan consistió en el desarrollo de una Prueba Piloto de Voto Electrónico. Ésta se realizó el 23 de octubre de 2005 en paralelo a las elecciones legislativas y fue de carácter no vinculante (es decir, los electores fueron invitados a participar en forma voluntaria después de votar en la elección oficial). La experiencia tuvo lugar en 43 escuelas de la ciudad designadas oficialmente para los comicios.
Los ciudadanos fueron invitados a probar una de las cuatro máquinas de votación que resumen las diversas opciones tecnológicas disponibles en el mercado hoy para la emisión electrónica del voto.
Durante el ensayo del voto electrónico, los electores podrán votar a la figura más representativa de la Ciudad de Buenos Aires, donde participan como candidatos Carlos Gardel, Jorge Luís Borges, Tita Merello, Niní Marshall o ninguno de ellos. Además, se votará el lugar más característico de la ciudad, teniendo como opciones a Caminito, Puerto Madero, el Obelisco, Avenida Corrientes, la esquina de San Juan y Boedo o Ninguno, informó el gobierno porteño.
El voto electrónico tiene también sus detractores, son aquellos que sostienen que el sistema es vulnerable y por lo tanto poco confiable e inseguro. En Estados Unidos se está estudiando una variante que consiste en imprimir el resultado de la votación en una boleta, la cual sería guardada convenientemente para realizar un escrutinio manual en caso de denuncias de fraude o dudas.
Aquellos que están a favor mencionan su bajo costo, la agilidad para sufragar y la velocidad para el recuento de votos.
Como en todo proceso de cambio en los usos y costumbres, los argumentos de los detractores y defensores serán dirimidos por la realidad que el tiempo y los resultados (favorables o contrarios) se encargarán de escribir.